¿Te ha sucedido que al salir de casa te das cuenta de que
no te has llevado tu smartphone, y tienes que regresar a buscarlo? ¿Sientes una angustia incontrolable si
te quedas sin batería estando en la calle? ¿Eres esa detestable persona con la pantalla de su móvil encendida
durante una película en el cine? Posiblemente padezcas de nomofobia, la llamada
"enfermedad del siglo XXI".
La nomofobia es el miedo irracional a
estar sin teléfono móvil.
El término proviene del anglicismo “nomophobia” (“no-mobile-phone-phobia”). La
dependencia al dispositivo electrónico
genera una profunda sensación de incomunicación que está directamente
relacionada con la adicción
a la información que caracteriza la era moderna.
El nomofóbico enloquece ante la imposibilidad de
contactar con cualquier persona en cualquier momento allí donde se encuentre.
No se aplica únicamente a los usuarios de smartphones (teléfonos inteligentes), si bien es cierto que
los antiguos teléfonos móviles no generan en nosotros tanta adicción al no
ofrecer posibilidad de navegación, ya que se ha trasladado el grueso de la
actividad comunicativa de nuestros cercanos a la mensajería instantánea. Según
las estadísticas, los
usuarios de smartphones consultan sus teléfonos una media de 34 veces al día.
Puede llegar a ser un problema |
En España 19 millones de personas viven “conectados” y
consultan el móvil unas 150 veces al día. Según la decimocuarta edición del
informe La Sociedad de la Información en España correspondiente a 2013, existen
26 millones de móviles con Internet y un 80% de los dispositivos que se venden
son smartphones. En 2014
España consolida su liderazgo dentro de los países más relevantes de la UE con
un 81% de smartphones sobre el total de móviles, 10 puntos por encima de la
media, después de crecer 5 puntos en el último año.
El estudio 'The World Unplugged' del International Center
for Media and Public Affairs, en el cual se pidió a 1.000 estudiantes de diez
países distintos que se desconectaran por 24 horas de cualquier dispositivo
electrónico o medio de comunicación, dio como resultado una serie de
síntomas, desde depresión hasta la sensación de amputación, soledad y
aburrimiento. Por otra parte, un estudio sobre la nomofobia
hecho en el Reino Unido señaló que la separación del móvil en personas
aquejadas de nomofobia podía causar síntomas como ansiedad, taquicardia, pensamientos
obsesivos, y dolor de cabeza y estómago.
Según los expertos, el nomofóbico suele ser una persona
insegura, de baja autoestima (reflejada en la necesidad de estar en contacto
constante con otras personas y la consiguiente fobia a la soledad o al
aislamiento) con un
perfeccionismo excesivo (reflejado en la ansiedad de pensar que
hay algo que deberías estar haciendo y no lo estás haciendo) y más comúnmente,
el llamado FOMO (por las
siglas en inglés de fear of missing out, el miedo de estar perdiéndote de
algo). El "FOMO" es una forma de ansiedad social
causada por la
preocupación constante de perderse una oportunidad, y está
asociado con tecnologías modernas y con redes sociales como Facebook y Twitter,
generando una dependencia sicológica a estar constantemente en línea.
Las mujeres son quienes más la padecen, dado que su
estructura cerebral les procura una mayor necesidad comunicativa y necesidad
afectiva que a los varones. En cuanto a la edad, la nomofobia suele darse en
mayor medida en adolescentes.
Ahora bien, no se trata de caer en el patrón
hipocondríaco de creerse adicto sólo porque pasamos gran
parte del día conectados. Internet se ha vuelto omnipresente, y pretender llevar una vida de
"desconexión" es, para muchos de nosotros, simplemente impráctico.
Del mismo modo que cualquier otra actividad, el uso de tecnologías sólo puede
considerarse "adictivo" o "patológico" si interfiere en tu capacidad de
llevar una vida normal y realizar otras actividades. Digamos
que, es razonable pensar que tienes un problema si tu primer impulso al ver que
tu edificio está en llamas es tomar una fotografía y publicarla en Twitter, y luego evacuar el edificio.
Lo de algunos entra en el terreno de la estupidez...
Si quieres saber cuánta dependencia tienes al móvil
existen aplicaciones, como Checky para Android, que te permiten saber cuántas veces
al día revisas la pantalla de tu smartphone, u opciones más avanzadas como Rescuetime que te dirán en qué aplicaciones
estás invirtiendo tu tiempo.
Katia Alvarado
08/06/2015
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